En el año 60 de la Primera Edad tuvo lugar la Tercera Gran Batalla de Beleriand, la Dagor Aglareb (La Batalla Gloriosa), en la cual la victoria de los Elfos resultó tan aplastante que les permitió llegar a las puertas de Angband y sitiarla durante casi 400 años.

La derrota del enemigo fue total, pero también sirvió a los Noldor para darse cuenta de que debían someter a Angband a una vigilancia más férrea; fue así como se estableció el Sitio de Angband, y la Frontera de Maedhros se convirtió así en su extremo oriental.

Durante ese período los Elfos mantuvieron fuertes posiciones defensivas al sur de la fortaleza, pero Melkor se las ingeniaba para enviar patrullas a través del norte, aprovechando que las Montañas de Hierro eran impenetrables para sus enemigos debido al hielo y la nieve.

Durante ese tiempo, Melkor permaneció oculto en su fortaleza, fortaleciéndose. En ese tiempo se criaron en Angband maléficas razas de alimañas, entre ellas destacan los Dragones y los Licántropos, y comenzó a extender su influencia sobre los Hombres Orientales. Los ejércitos de Orcos se multiplicaron durante cientos de años.

En el 455 de la Primera Edad, Morgoth hizo brotar desde Thangorodrim caudalosos ríos de llamas que se esparcieron por toda la llanura de Ard-Galen incinerándola (pasando a ser llamada Anfauglith), matando a todos los elfos que la patrullaban y rompiendo el sitio a la fortaleza.

Fue ésta la Dagor Bragollach, la Batalla de la Llama Súbita, que marcó el fin del Sitio de Angband, y tras la cual, la Frontera de Maedhros quedó reducida a la fortaleza de Himring y el paso del Aglon.